El pilar del diagnóstico de la leishmaniosis canina se basa en varias premisas:
- Detección del parásito mediante citología o histopatología de las lesiones.
- Serología y proteinograma.
- Pruebas adicionales: PCR, citología de la medula ósea, etc.
La serología debe ir siempre acompañada de proteinograma, ya que puede proporcionar una información muy valiosa del estado activo de la enfermedad.
En muchas ocasiones los estudios de médula ósea son de vital importancia para el diagnóstico, sobre todo en casos de anemia no regenerativa y pancitopenia. Cabe recordar que la trombocitopenia NO es una contraindicación para la realización de esta prueba.
A la hora del diagnóstico, los test serológicos rápidos son pruebas más específicas que sensibles, por tanto, son test que deben ser más útiles para confirmar la enfermedad que para descartarla.